Por: Nelson Manrique Gálvez
A dos semanas de la presentación del informe final de la megacomisión que investiga el segundo gobierno de Alan García está en marcha una gran campaña mediática destinada a desacreditar a Sergio Tejada, el presidente de la megacomisión.
El cambio de versión del narcotraficante Carlos Butrón Dos Santos, “Brasil”, quien ahora aparece ante las cámaras de televisión leyendo un papel escrito, afirmando que anteriormente declaró presionado por Sergio Tejada, que éste pretendió comprar su testimonio y que recibió amenazas de muerte, ha sido inmediatamente acogido por Jorge del Castillo y Omar Quezada, quienes se han apresurado a presentar una denuncia penal contra Tejada, acusándolo de asociación ilícita para delinquir. Es bueno recordar que Miguel Facundo Chinguel, personaje clave de esta trama, de quien ahora Alan García reniega, estuvo el 8 de abril en la Casa del Pueblo, compartiendo la mesa de honor con Jorge del Castillo, Omar Quezada, Mauricio Mulder y Carlos Arana en la reunión de “desagravio” a Alan García.
¿Qué va a salir de todo esto? Probablemente nada. Butrón no firmó su anterior testimonio ni se puso a derecho y por lo tanto no es testigo de la megacomisión ni colaborador eficaz de la fiscalía. Del Castillo y Quezada disponen del video de un prófugo de la justicia que exhibe un documento al cual sólo tenían acceso magistrados del caso y los abogados de Miguel Facundo Chinguel y se desdice desde la clandestinidad de lo que anteriormente afirmó. Francamente muy poco, inclusive medido con el rasero del fiscal Peláez Bardales, quien hasta el momento no incluye a Alan García en el proceso por narcoindultos a pesar de que, según Rosa María Palacios, citando un informe del fiscal Delgado: “Alan García corregía los informes preparados por la Comisión de Gracias Presidenciales y era bastante más generoso que la propuesta recibida, en especial con las conmutaciones de narcotraficantes. El Fiscal de la Nación ¿ha tomado conocimiento de estos hechos?”.
Revisemos quién es Carlos Butrón Dos Santos. Según sus propias declaraciones, él purgaba condena por narcotraficante y trabajó con miembros de la Comisión de Gracias Presidenciales, CGP, del segundo gobierno de Alan García desde la cárcel de Lurigancho. Afirmó hace unos meses que decidió contar lo que conocía porque recibió amenazas de muerte de personas que identificó “como apristas”. Sostuvo que fue encargado de identificar a los narcotraficantes que podían pagar por la conmutación de su condena. Afirmó que Facundo Chinguel, el presidente de la CGP, le pidió “que le mencionara a las personas más pudientes, y ahí fue cuando me di cuenta que había una manera casi abierta para cobrar por conmutaciones”. Sostuvo que la CGP cobró entre 5 mil y 10 mil dólares por año de condena rebajada a reclusos, sin importar el delito cometido. Dijo algo que luego ha sido probado por múltiples evidencias: que Facundo Chinguel y funcionarios del Ministerio de Justicia conmutaron penas a bandas completas. Facundo intentó con poco éxito negar sus vínculos con Butrón, llegando a afirmar, ante las evidencias de una reunión con éste en Piura, que ambos se encontraron por “cosas del destino”.
Butrón señaló con nombres a los apristas Manuel Carrera Toribio y Fredy Vilela Mijahuanca como los encargados de cobrar los cupos. Inculpó a Jaime Acevedo Saavedra y al secretario personal de Alan García, el abogado César Candela Jara, con quien –siempre según su testimonio– revisaba los expedientes para conmutaciones de penas que luego firmaba Alan García. Añadió que Facundo “era un intermediario de alguien más … Lo que había detrás no sé, pero habían otros niveles”.
Son éstas las declaraciones de las cuales ahora Butrón se desdice para júbilo de los acusados, pidiendo perdón a Facundo Chinguel por haberlo implicado.
Las razones del viraje de Butrón no parecen misteriosas. Sergio Tejada no descarta que haya sido presionado o hayan comprado su retractación. Guillermo Chanján, abogado del denominado colaborador eficaz 001 del caso narcoindultos, acaba de denunciar que supuestos allegados a Aurelio Pastor les ofrecieron a él y a su patrocinado 250 mil dólares: “querían que se retracte sobre las denuncias que hizo en contra del régimen aprista” (http://bit.ly/1akKfLm).
Desde hace varios meses los colaboradores de la megacomisión vienen denunciando ser víctimas de golpizas y amenazas de muerte. Carmen Delgado de Rivera, cuyo testimonio compromete a Aurelio Pastor, ha sufrido cuatro atentados en el penal de mujeres de Chorrillos. Su abogado ha denunciado que en uno le incrustaron un vidrio en el ojo derecho y en otro le rompieron la muñeca. No es Los Soprano, pero parece.
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